El cuento formalmente es efectivo. La estrategia de transformación, que es la más importante de todas en un cuento, se cumple y so es un detalle no menor.
Pero pensando detenidamente en este cuento, veo que la estrategia funciona en tanto y en cuanto el cuento vuelve al punto de partida. Es decir que, a la manera Borgeana, una historia contiene a otra historia. Eso es un marco. Ahora bien, el relato enmarcado precisa de otro detalle más y que es el siguiente: El marco y el contenido deben tensar entre sí de un modo que justifique ese marco. Borges escribe La forma de la espada, y en ese relato, el narrador escucha una historia de un irlandés, que le cuenta la aventura de una traición.
“—Le contaré la historia de mi herida bajo una condición: la de no mitigar ningún oprobio, ninguna circunstancia de infamia.”
Al finalizar el narrador se sincera y dice:
“—¿Usted no me cree? —balbuceó—. ¿No ve que llevo escrita en la cara la marca de mi infamia? Le he narrado la historia de este modo para que usted la oyera hasta el fin. Yo he denunciado al hombre que me amparó: yo soy Vincent Moon. Ahora desprécieme”
Es decir que la historia cobra dimensión porque el que la cuenta –ocultando su identidad- es el mismo traidor.
Por otra parte, la narración en sí misma es un cuento, lo que no ocurre del todo en tu cuento.
Una cosa que debo decir es que lograste mucha acción en pocas palabras, y eso es muy valioso. Los personajes deben avanzar con la acción, las secuencias narrativas que no tienen acción forman en general cuentos que obligan al narrador a “dar vuelta cada página” ¿se entiende?
Copio el cuento entero en el blog para que todos lo lean.
domingo, 13 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario