jueves, 12 de noviembre de 2009

San Juan 82 – Guadalupe Rosa

Bueno, muy bien. El cuento tiene muchas cosas buenas, sobre todo en la parte dramática; es decir, está muy bien dialogado y tiene esa provisionalidad que tienen los diálogos, con sus interrupciones, con sus frases inconclusas.
Tenés mucho cuidado de no ser reiterativa en algunos momentos. Cuando él medita sobre su juventud y la tintura, no hace falta que diga “Aunque estas arrugas intenten…” porque ya has logrado decís eso con el recurso de la tintura; una cosa o la otra. Para una situación tan puntual, las dos es demasiado.
Ojo además con los tiempos verbales. Una sola falla puede destruir un cuento. Empezás el cuento en presente absoluto “Acá estoy” y seguís en pasado.

El tema de la coincidencia con la dirección y el encuentro con Daniela es fuerte pero esa historia se dicontinúa se diluye; hay algo entre su cobardía y la muerte de Daniela, un vinculo que no se alcanza a entender.

Finalmente, el desenlace. Está muy bien logrado, se nota la urgencia, esa sensación es legítima, íntegramente armada desde lo literario. Y la urgencia es siempre atractiva
Yo personalmente rompería ese orden que impusiste a tu cuento, y dado el tema, haría una estructura más borgeana. Es decir el tipo se ve a sí mismo, pero no dice nada. La reflexión es posterior a la huida.

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